Si hay una pieza clave en esta transición energética hacia un sistema sostenible basado en energías renovables, esa es sin duda el almacenamiento. Como hemos podido comprobar, cada vez existen más diferencias entre el precio máximo y el precio mínimo de la energía en un mismo día, a esta diferencia la llamamos spread, no confundir con apuntamiento (si no controlas estos términos, te recomendamos que descargues nuestro Glosario de Energías Renovables para Dummies). Eso se debe a que cuando hay sol y viento, las renovables, que son una tecnología marginal, deprimen los precios, y cuando no existe este recurso, las energías tradicionales, muchas basadas en gas, elevan los precios.
Pero este no es el único problema con el que nos encontramos, ya que cuando hay mucha generación en la red, existen ciertos nudos que se saturan y esto nos impide generar energía por problemas técnicos, son los famosos curtailment. Para hacernos una idea, el verano pasado ya tuvimos en torno al 1,5% de esos excedentes de energía y se prevé que, si cumplimos los objetivos del PNIEC, esos excedentes de media anual estarán en torno al 6% en los próximos 6 años.
Existen diferentes tipos de almacenamiento, pero en este post vamos a centrarnos en las baterías electroquímicas, de las que se empieza a hablar y mucho. Los proyectos basados en baterías van dirigidos, bien a promotores que ya son titulares de instalaciones renovables y quieren cubrirse de precios e hibridarlo con sus instalaciones, o bien para nuevos promotores que simplemente quieren aprovecharse de esta “nueva tecnología”.
¿Qué tipos de proyectos de baterías existen?
Existen fundamentalmente dos tipos de proyectos BESS (Si no sabes qué es BESS, mejor descarga el Glosario):
- Por un lado, proyectos realizados mediante hibridación de una tecnología ya existente, aprovechando el acceso de conexión a la red y otros sistemas de evacuación, como transformadores y líneas.
- Por otro lado, tendríamos proyectos totalmente independientes, que son los llamados stand alone, y que básicamente son una batería conectada a la red.
¿Qué costes tienen estos proyectos?
Los costes de las baterías han ido decreciendo en los últimos años. En los últimos 7 años el precio de las baterías se ha reducido más de la mitad, una tendencia que ya vimos con la fotovoltaica y que parece que va a continuar en el tiempo. Ahora mismo, el precio de una batería está en torno a 250 y 500 euros el kWh, en función de la solución técnica adoptada, aunque estamos viendo grandes reducciones de precios últimamente.
También hay que recordar que hay importantes ayudas para este tipo de proyectos por parte de la Unión Europea a través de los fondos NextGen.
Si hablamos de datos, el PNIEC calcula que para 2030 en España haya instalados ya 5 GWh. Para este mismo periodo, Bloomberg estima que la capacidad instalada en el mundo será de 1.100 GWh y que para 2040 será de más del doble: 2.800 GWh. Se prevé, por tanto, un crecimiento exponencial.
En otros países, como Reino Unido, ya tienen instalados esos 5 GWh de capacidad que nos habíamos propuesto en España y en California ya tienen instalados, solo en ese Estado, 17 GWh. Son mercados que han mejorado esos sistemas de ingreso y que están generando rentabilidades similares a las que se darían en un proyecto fotovoltaico.
Estimamos que las baterías empiecen a ser rentables en cuestión de un año y medio o dos años, pero desde Quinto Armónico nuestra recomendación es que se empiecen a preparar los proyectos desde ya. Analizando cómo van a ser las rentabilidades y teniendo en cuenta lo que cuesta el periodo de tramitación hasta conseguir un proyecto listo para construir, debemos ponernos en marcha cuanto antes. Si estás interesado en uno de estos proyectos, ponte en contacto con Quinto Armónico a través del correo electrónico almacenamiento@quintoarmonico.es y nosotros nos encargaremos.